lunes, 19 de enero de 2015

El silencio de los inocentes

Bueno...ya muchos (exactamente dos personas: Rogelio y su esposa Felicia) me han reclamado la 1er entrada del 2015, así que heme aquí en mero lunes y no un viernes, disfrutando una de mis ya legendarias noches de insomnio, escribiendo esto para no caer en la desesperación de que como siempre no puedo dormir. ¿Qué les cuento? No mucho, mi vida no es tan emocionante como para mantenerlos al tanto cada semana jajaja...Esto debería ser como serie de Netflix que te pone la temporada de un solo para que la veás en maratón con los ojos cocidos y no semanalmente.

Retomando mi post anterior; les conté que me gustaba alguien (énfasis en el gustaba...pretérito pluscuamperfecto del verbo ya no) todo empezó como una broma cósmica, empezamos a andar el día de los inocentes, bueno no andábamos... salimos cuatro, no...cinco veces  (meh las que sean) y pues nada en el día 21 de "relación" ME MANDARON A FREÍR ESPÁRRAGOS...Ouch justo en el ego jajaja. Ni modo, cosas que pasan. 

Así que calma a mis amig@s que ya habían escogido hasta mi vestido de bodas (si...tengo algunas amistades medio intensas, pero así los amo jajaja)

Y pues seguro él está leyendo esto porque quedamos de amigos y todas esas cosas lindas que se le dicen a la pobre ilusa que estás mandando a volar, así que sorry loco, pero tenías que salir en el blog. 

En eso todos mis futuros prospectos salen huyendo porque van a ser expuestos en el blog en 3, 2,1...Heeeey pero si les cambio los nombres :)

Ahora, pensando objetivamente y en lo que hemos aprendido hoy niños...Debería existir un manual para cortar con alguien, en serio, lo patentaré y me haré rica y famosa buajajaja ¿Por qué un manual? Porque así te evitás cosas como:

Haber ido al salón y ponerte el vestido que él hacía poco dijo que le gustaba.

Haber salido de tus pjs un día que te pudiste haber quedado viendo Game of Thrones y a Khal Drogo por 85ava vez. 

Haber evitado la cebolla de tu plato porque no tenías idea que te iban a poner más alas que el pajarito que se paró en la mesa frente tuyo. Pssst señor mesero...¿Me devuelve mi plato por favor? Hay media libra de cebolla allí que me gustaría comer...

En fin, al menos comí rico ese día, aunque mi cuenta bancaria ya no aguanta más salidas y mi ego estaba un poquito dolido, nada que una reunión improvisada justo cinco minutos después con mis amigos no curara.

Por lo demás no se preocupen, estoy re-bien y hay blog para rato :)