domingo, 19 de abril de 2015

Caída libre

Bueno... inicio pidiéndoles disculpas... el anterior no era el post 49, sino el 48; por ende antes de mi post de final de temporada les debía uno (Uyyy si cualquiera diría que estaban súper pendientes...Cliff Hanger); así que helo aquí... y de paso; les dejo un videito en el que me veo extremadamente cachetona (Newsflash Azzi, sos extremadamente cachetona)

Desde que cumplí la edad socialmente aceptada para casarme y procrear, me ha tocado lidiar con cuanta indiscreción se venga en frente, los que se preguntan que hay de malo en mi, porque no es normal que no haya sentado cabeza, no es normal que no tenga 2 hijos (por lo menos) y una casa con jardín, un perro, dos gatos y 3 niñeras.

¿Qué hay de malo en mi? Absolutamente todo. No encajo en los estándares de nadie. Caigo libremente en donde se me plazca.

Tuve una niñez como cualquier otra a la que estamos acostumbrados a escuchar, me ponían mis vestidos de princesita, mis muñecas y mi jueguito de cocina, porque para los fabricantes de juguetes es muy importante que las niñas entiendan su rol en esta vida... y aunque jugaba con ellas, yo era la pesadilla de mi mama, la niña que se despeinaba por andar corriendo y que le hacía agujeros a sus medias de nylon, porque siempre he tenido poca coordinación y aunque amaba correr, de tantas veces que me caía, vivía más tiempo en el piso que de pie, creánme mis piernas sufrieron las consecuencias... Es más, aún tengo en la rodilla izquierda una cicatriz inmensa de cuando a los 5 años un niño me besó y salió corriendo, yo no recuerdo cual era mi intención, pero yo también corrí detrás de él sólo para caerme espectacularme en el patio del colegio; ahí delante de todos y fue así que me quedé con ese recuerdo permanente de Zimbabwe (Nombre real del chico que no veo desde el kinder y nombre que le di a la cicatriz porque siempre que la veo, recuerdo a aquel niño de cabello liso y rubio que me robó mi primer beso)

Creo que mi infancia estuvo marcada por el hecho que nunca tuve una hermanita, que mi compañero de juegos fue siempre mi hermano, que prefería jugar a la lucha libre o Street fighter, lo más que disfruté de jugar con él fue Mario Bros; aunque yo sufría porque siempre fui Luigi y nunca me dejó ser Mario... en fin, jugamos cualquier otra cosa antes que jugar con mis muñecas, pero no sé si me hacía falta, porque en cambio cuando jugaba con mis vecinas a la boda; nunca fui el novio o la novia...yo era la que organizaba la boda, la que conseguía las fundas de la almohada (que servían de velo) a escondidas de mi mama, la que robaba las flores del jardín de la señora gritona de la esquina y que además arreglaba en fila a todas mis muñecas y peluches que eran los invitados, hice el papel de sacerdote, wedding planner...pero nunca fui el novio o la novia...ni siquiera en juegos infantiles.

A los 15 tampoco calcé en el modelo de la adolescente perfecta; yo armaba revolución porque mi hora de llegada era a las 11, opuestas a las 2 de la mañana de mi hermano 5 años mayor, no era justo que sólo por ser mujer tuviese que llegar tan temprano, era la niña con el pelo sucio que brincaba en los mosh las canciones de Nirvana, sólo Alanis Morissette entendía mi sentir y mi lucha eterna contra el mundo, nunca fui la niña cute que vestía como Britney y cantaba canciones de NSync o Backstreet Boys.

A los 20, cuando empecé mi vida laboral, era la de jeans, tenis y camiseta 24/7 y en el fondo sigo siendo esa, si no es porque desgraciadamente, cuando sos publicista y tenés que lidiar con clientes; te ven sólo como la niña quemona (Aunque no fumés más que Belmont) si te presentás de una forma tan informal... y aunque haya dejado mis converse a un lado, trato siempre de dejar un poco de esa esencia rebelde, según yo, en algún detalle.

Y bueno, llegué a esa edad y pensé que esos eran mis tiempos de ser feminista, por fin calzaba en algo que se esperaba de mi, yo iba a ser especialista en abogar por mi género y las injusticias a las que estamos expuestas las mujeres, listo dirán... la Azalea es la perfecta defensora del género femenino, girl power y todo el discurso que se espera de alguien que no entra en los primeros estándares... sin embargo soy muy mala feminista, no defiendo mis derechos y los de mi género como debería, pero no se equivoquen; si me dean a escoger voto porque podás vestir como querrás sin que te juzguen, voto porque tu calidad de ser humano sea el motor de tu vida y que el resto te deje vivir en paz, equivocarte en paz, soñar en paz.

En fin; no soy la niña linda de cuentos de hadas, tampoco la adolescente perfecta en entrenamiento para conseguir marido, ni la revolucionaria que viene a romper los esquemas establecidos por el patriarcado. Soy la torpe, la loca, la soñadora, la que alguna vez quiso ser bailarina, escritora, pintora.

Como les dije soy la que cae, aún así mi corazón ama correr y aunque se ha caído y ha sido pisoteado 2 veces en circunstancias diferentes y está a punto de caer por tercera vez, no se preocupen, que aunque mi corazoncito y yo caigamos, aunque duela, aunque se rompa la media de nylon, aunque quede cicatriz, aunque seamos expertos en caernos, también somos expertos en levantarnos, en luchar por lo que queremos y más ahora que tengo por delante una lucha muy mía, no sé que va a pasar mañana, pero no me voy a cansar...voy a luchar siempre; hasta que llegue el día que deje de correr. #ImAFighter #IwontGiveUp #FreeFalling #Hashtagger #EstoNoesTwitter #YaMeAgarróElSpanglish #QueAlguienMeDetenga

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