Managua 21 de noviembre de 2015
Querido amor de mi vida:
Te escribo esta carta porque te he buscado y no te encuentro, no sé si ya te conozco, si somos amigos o si alguna vez hemos cruzado palabras, tal vez sos aquel niño que se comía los mocos en el aula a los 5 años o tal vez sos aquel mechudo que me regalaba cds con canciones de Nirvana.
Quizás sos aquel que me rompió el corazón una y otra vez; si...aquel que se llevó casi todas mis lágrimas, perfectamente podrías ser el muchacho que marca mis compras en el súper, si tan sólo fueras aquel al que le robé ese beso el último día de abril; si fueras él, existiría un quizás entre nosotros.
He de decirte que te he puesto muchas caras, pensando que eras vos y que te quedarías conmigo; he de confesar también que a pesar que los rostros pasados me han herido; aún les tengo un poco de amor guardado; es que tengo la mala costumbre de querer demasiado, incluso a los que me lastiman.
Amor...nunca he podido llamarte de esa forma, por hoy me daré permiso de llamarte así: amor. Si te escribo no es para reclamarte, no es para decirte que pacientemente te he esperado; escondiendo detrás de cada sonrisa la esperanza que sin querer muere poco a poco conmigo.
Tal vez te vea algún día, tal vez nuestras vidas otra vez se encuentren, no lo sé y ya no importa.
Te escribo sólo para contarte que yo, como Silvio...Ya no te espero.
