jueves, 8 de junio de 2017

Manual para amar a una LOCA


Llega un momento en la vida en que los mensajitos de buenos días (inserte apodo cursi) NO TE IMPRESIONAN, en que los mensajitos de 11:11 no te parecen tiernos, ni los mensajitos el día entero al WhatsApp te sacan suspiros, algunos tenemos que trabajar para vivir ¿Sabés? y NO ME EMOCIONA recibir mensajitos de “HOLA BEBÉ” mientras estoy en medio de una presentación de una campaña en la que trabajé 2 semanas, me desvelé cada uno de los días y puse alma, vida y corazón.

Yo no sé vos, pero yo no ando dibujando corazoncitos en mi cuaderno y escribiendo nuestros nombres con escarcha, no me conquistan los grandes gestos románticos, las flores, los mariachis o los regalos caros. ¿Sabés que me conquista? Las pequeñas cosas

Dejame extrañarte, me gusta saber de vos de repente en el día; me gustan los mensajes espontáneos en los que una naranja te recordó a mi, pero NO me gustan esos mensajes de “buenos días princesa” “¿Baby, ya llegaste al trabajo?” “¿Ya comiste?” etc, etc... Quiero emocionarme en la noche cuando me contés de tu día y si me lo contaste segundo a segundo mientras iba sucediendo no querré saber nada más de vos.

Me conquista que pasés por la farmacia comprando medicina porque sabés que estoy enferma, que tengás una chaqueta extra en el carro porque sabés que me da frío, que me digás que vayamos al cine a ver esa película que no te emociona ver, pero que yo no dejo de hablar de ella, me enamora que sepás y comprendás mi rollo con mis alergias, que sepás el nombre de mi medicamento y tengás en el gabinete del baño por si acaso… me enamora que si pasamos por el súper me apartés de las piñas porque sabés que para mi son radioactivas.

No me mandés flores, me gustan más las plantas porque están vivas; regalar flores para mi es egoísta, mejor regalame vida; no cosas muertas y si me querés regalar cosas muertas prefiero un buen bistec bien cocido con chimichurri y papitas, eso…regalame un bouquet de filet mignon o de chocolates…no tengo nada en contra de los chocolates excepto cuando estoy a dieta.


Me encanta cuando me escribís para saber si llegué bien a la casa, pero si estamos juntos no tendrás que preguntarlo porque cuando llegue a casa es porque estoy con vos.

Mi corazón será siempre tuyo porque vas a saber que me cuesta levantarme en la mañana y que me voy a hacer la dormida hasta que me despertés a punta de besos en el cuello y que aunque odio las cosquillas, me mata si jugás conmigo de esa manera.

No soy mucho de salir a bailar y de cenas románticas a la luz de las velas en un café fuera de Managua, sabré que somos el uno para el otro si pasamos un domingo entero en la cama sin bañarnos, comiendo pizza y viendo series y muñequitos, es importante que querrás ver muñequitos conmigo y que además no veás ningún capítulo de una serie que veamos juntos sin mi.

Tenés que entender que estoy loca y que canto si el radio de mi carro está malo y que cuando está bueno uso las canciones de la radio para predecir el futuro, que a como puedo cantar una de Queen, de repente pongo Justin Bieber porque es divertido y me va a gustar ver tu cara cuando paso de Bohemia Rapsodia a Sorry.

Necesito que sepás que siempre, siempre te voy a robar una papita o voy a querer probar tu hot-dog en el cine, porque siempre pido palomitas y además la comida de tu plato siempre sabe más rica porque es tuya y si pensaste mal cuando dije hot-dog es porque tenés la mente tan sucia como la mía y eso me encanta.

Y si lloro en la peli voy a dejar que te burlés de mi siempre y cuando me abracés y me acariciés el pelo.

Yo; en cambio, prometo aguantar tus partidos de fútbol y verlos emocionada con vos, incluso le iré a tu equipo aunque no entienda la diferencia entre un delantero y un mediocampista. Y si… tuve que buscar en internet “posiciones de futbol” para escribir esto con propiedad…

Prometo tener siempre pastel de chocolate y helado cuando estés triste y abrazarte con mis brazos, con mis piernas y secar tus lágrimas con mi pelo. Te juro que siempre voy a tocarte inapropiadamente por toda la casa cuando andés muy guapo y que siempre me despediré con un beso de esos que parecen que te quiero comer y terminan conmigo mordiendo tu labio inferior.


Te prometo despertarte en la noche porque tengo insomnio y te extraño. Te garantizo maratones de Netflix, de besos y de vos y yo ❤



Me gusta si me decís TE AMO, pero me gusta más cuando con esas pequeñas cosas lo demostrás, porque no hay nada que me enamore más que tus palabras vayan de la mano de tus acciones.

Eso… no sé si esto será amor, pero te dejo este pequeño manual por si acaso :)



jueves, 2 de febrero de 2017

Me enamoré y es para siempre

Paren todo que me enamoré.

Me enamoro muy poco, pero muy fuerte y esta vez, esta vez quiero que sea para siempre.

Esta vez, no me enamoré de un hombre (O la idea de uno), de un trabajo o de una meta. Esta vez me enamoré de una mujer, si...de una mujer.

Una mujer que me acepta, que me ama como soy, una mujer que lucha, que sueña y que me conoce mejor que nadie, esta vez me enamoré de mi misma.

Ah que chiste dirán, pero para mi realmente es importante mirar hacia adentro y platicar conmigo misma, conocerme, quererme.

Tantas veces escuché que si estás gorda, que si estás flaca, si hacés ejercicio, si bailás bien, si bailás mal, si vas al gimnasio, si estás soltera, si tenés novio, todo lo que usan para juzgarte y que te cala la piel si dejás que te afecte.

Muy pocos saben lo que les voy a contar, pero durante muchos años luché con conductas bulímico-anoréxicas, nunca llegué a vomitar (no todos lo hacen), pero si pasé por períodos de prácticamente inanición y de estar extremadamente delgada o de ansiedad extrema que se calmaba sólo con comida y obviamente con aumentos significativos de peso.

Ahora eso no me importa, a veces aún dejo que lo que cualquier imbécil me diga me afecte, pero no lo dejo escalar jamás a ese punto, porque además de mis desórdenes alimenticios, toda la vida he luchado contra la depresión y la ansiedad, pero eso es otra historia que con gusto les cuento otro día.

En resumen, de todo esto aprendí que debo tomar las cosas como los alcohólicos anónimos; un día a la vez, incluso he llegado hasta pensar en sobrevivir una hora a la vez, porque sólo cuando has vivido ese momento en que te falta el aire, que te oprime el pecho, que te duele el corazón y hasta el alma por estar pendiente de lo que piensen los demás, por darle importancia a las expectativas de la gente, por esperar que alguien más te ame; sólo hasta entonces te das cuenta que lo más importante es el amor, el amor hacia uno mismo.

Y pues me amo, con ese rollito que se me hace al sentarme, con esas cicatrices por dentro y por fuera que me recuerdan que he vivido, con cada mala decisión, con mis defectos y virtudes, así con todo eso...Me amo por siempre.

viernes, 20 de enero de 2017

Me olvidé de mi

Tengo la mala costumbre de creer en las personas vos. Me decís algo y te creo ¿Por qué me habrías de mentir?

Me dijiste que me amabas y como idiota te creí, pensé que el tiempo te quitaría los miedos, que algún día; tal vez no mañana ni pasado, pero algún día podríamos estar juntos y reírnos de todo esto.

Me mentís, según vos, para que no me duela, porque soy frágil y no aguanto la verdad, esa verdad donde decís que me amás, pero estás con alguien más... alguién que decís que no te gusta, pero que preferís estar con esa persona que conmigo, es sexo, algo de un par de noches y que sé yo cuántas razones más.

Hoy me río sola, me río de todas las lágrimas que derramé y por las que aún me quedan, me río porque te creí, no debí hacerlo, porque después de la primer mentira debí entender que nunca me amaste, porque uno no destruye lo que ama y aquí estoy hecha pedazos otra vez.

Decís que somos amigos, no sé si sea cierto; a mis amigos les cuento de vos; de tu sonrisa, de como me alegraba que me besaras la frente y pasaras tu mano por mi pelo, les cuento las veces que lloré en tu hombro y cómo te entendía sin hablar, con una mirada, con un gesto; sólo Dios sabe cómo me aprendí cada una de tus expresiones.

Te conocí y te di responsabilidades que no te correspondían, necesitaba dejar de ser fuerte y que por primera vez alguien me cuidara, pensé por alguna estúpida razón que vos podías ser ese alguien, que con vos podía desarmarme para mostrarme entera ante el mundo.

Pero no eras vos, y tampoco quisiste que yo lo fuera para vos, aún cuando dejé mi cuerpo y mi alma entera en tus pies, me olvidé de mi, de que no te necesito para ser fuerte, ni para ser feliz.

No te preocupés, no se cumplió aquel miedo latente tuyo a que te odie, no lo hago; nunca lo hice...porque tenés esa costumbre, entre tantas, de importarte lo que piensen los demás, de temer que alguien te desprecie.

Una vez me dijiste que tenías un pavor absoluto a que yo te abandonara, otra mentira más; no podés decir que te da miedo que yo te deje cuando vos me abandonaste primero hace mucho tiempo, cuando hiciste una elección y tu elección fue herirme, porque para vos obvio primero es tu felicidad, hasta hoy fue lo primero para mi también, porque me perdí en tus ojos, en lo que pensé que éramos el uno para el otro.

Lo mejor es que yo me vaya, que me aparte, que te deje ser feliz; que no sintás culpa de salir con quien querás, que no te escondás, no sé si uno puede ser amigo de alguien que amó demasiado, alegrarme por tu nueva relación y desearte lo mejor, por lo pronto me llevo mis pedazos, los voy a pegar sola, como siempre lo hago, porque recordé que me tengo a mi, que puedo ser fuerte y que no te necesito aquí.

Me voy, me llevo el orgullo y la dignidad que dejé pateados en el piso, no te lo digo de frente porque tal vez querás detenerme o tal vez me duela más que no lo hagás, me voy porque lo intenté y sinceramente ya no aguanto toda esta mierda, al fin y al cabo eso quedó, todo quedó hecho mierda.