Ayer pasó frente a la ventana de mi
oficina el Gay Pride Parade; me encantó verlo, pero me extrañó ver tan poca
gente, en años anteriores ha estado más concurrido, lo importante y que me
alegra de sobre manera es que las personas de sexualidad diversa tengan o
reclamen su espacio.
Obviamente lo que no puede faltar son los
comentarios de la gente ignorante, de hecho una amiga hizo un post en su facebook
repudiando este comportamiento; si yo me quejo de la intolerancia que tienen
hacia una mujer soltera y de 30, no me imagino lo que deben pasar todos ellos,
todos los días de su vida.
¿Gay? ¿Sos hombre y te gustan los
hombres? (Aplíquese a las lesbianas también) ¡Que pecado más grande! ¡Te vas a
quemar ochocientas mil veces en el infierno! Seguro prefieren que seás ladrón,
político o asesino…¿Pero gay? ¡Ni
Dios lo quiera!
Me dan ganas de decirle a ese tipo de
gente, dejen a los gays amar en paz, vivir en paz, desfilar en paz…¿Acaso ellos
los molestan a ustedes en su desfile de pendejadas de todos los días? Pero
parte de la tolerancia es aprender a lidiar con este tipo de “gente”
(Desgraciada tolerancia)
Creo que si algún día aprendieran a
aceptarlos, no tardarían en empezar a presionarlos para que aprobaran el
matrimonio del mismo sexo, se casaran y adoptaran 20 niños… aunque creo que no
me molestaría vivir en un mundo así, donde se respeten y toleren las cosas
importantes, donde haya un blog de un chico gay en sus 30’s que de lo único que
se queja es porque lo presionan para que se case con su novio.
Bueno, les mando un gran beso a mis
amigos con sexualidad diversa, unos de los pocos que no me molestan cada cinco
minutos para que me case y viva como escopeta de hacienda; sigan defendiendo
sus espacios y exigiendo respeto; hoy es viernes y mis pijamas quedaron en la
lavadora; así que saldré a celebrar lo orgullosa que estoy de todos ustedes.
Foto: Getty Images
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