jueves, 2 de febrero de 2017

Me enamoré y es para siempre

Paren todo que me enamoré.

Me enamoro muy poco, pero muy fuerte y esta vez, esta vez quiero que sea para siempre.

Esta vez, no me enamoré de un hombre (O la idea de uno), de un trabajo o de una meta. Esta vez me enamoré de una mujer, si...de una mujer.

Una mujer que me acepta, que me ama como soy, una mujer que lucha, que sueña y que me conoce mejor que nadie, esta vez me enamoré de mi misma.

Ah que chiste dirán, pero para mi realmente es importante mirar hacia adentro y platicar conmigo misma, conocerme, quererme.

Tantas veces escuché que si estás gorda, que si estás flaca, si hacés ejercicio, si bailás bien, si bailás mal, si vas al gimnasio, si estás soltera, si tenés novio, todo lo que usan para juzgarte y que te cala la piel si dejás que te afecte.

Muy pocos saben lo que les voy a contar, pero durante muchos años luché con conductas bulímico-anoréxicas, nunca llegué a vomitar (no todos lo hacen), pero si pasé por períodos de prácticamente inanición y de estar extremadamente delgada o de ansiedad extrema que se calmaba sólo con comida y obviamente con aumentos significativos de peso.

Ahora eso no me importa, a veces aún dejo que lo que cualquier imbécil me diga me afecte, pero no lo dejo escalar jamás a ese punto, porque además de mis desórdenes alimenticios, toda la vida he luchado contra la depresión y la ansiedad, pero eso es otra historia que con gusto les cuento otro día.

En resumen, de todo esto aprendí que debo tomar las cosas como los alcohólicos anónimos; un día a la vez, incluso he llegado hasta pensar en sobrevivir una hora a la vez, porque sólo cuando has vivido ese momento en que te falta el aire, que te oprime el pecho, que te duele el corazón y hasta el alma por estar pendiente de lo que piensen los demás, por darle importancia a las expectativas de la gente, por esperar que alguien más te ame; sólo hasta entonces te das cuenta que lo más importante es el amor, el amor hacia uno mismo.

Y pues me amo, con ese rollito que se me hace al sentarme, con esas cicatrices por dentro y por fuera que me recuerdan que he vivido, con cada mala decisión, con mis defectos y virtudes, así con todo eso...Me amo por siempre.