Estimad@s, una
buena parte de los hombres no crece; el tiempo pasa, pero no maduran o lo hacen
a paso de tortuga. Aunque tengan 20, 30 o 40 son niños en esencia, lo comprobé
hace un par de meses, me encontré con otro ex-crush, (siendo este más
reciente), beneficio de vivir en un país del tamaño de un frijol jejeje.
Él y yo tenemos
varios amigos en común y en un cumpleaños nos juntamos todos en su casa, lugar
que sería punto de reunión para la salida de la noche; mientras parqueaba mi
carro pensaba en que se me había olvidado por completo porque el tipo me había
dejado de gustar, es un chavalo razonablemente guapo, medianamente inteligente,
un tipo promedio #goodenough
Llegué y me senté
en la sala de la casa a ver la tele mientras él se terminaba de alistar y de
repente mi memoria empezó a refrescarse, ALERTA NÚMERO UNO; el tipo siempre se
alistaba al último minuto y se tardaba mil horas en el baño, ¡¡¡MAS QUE YO!!!
Pero bueno estoy muy exigente me dije, además apenas daban las nueve, aún era
temprano.
Llegaron sus
roommates, mis amigos y la pre-reunión se empezó a poner buenísima; nuestro
anfitrión a.k.a. mi ex-crush finalmente salió del baño, se vistió y se unió a
la plática, no sin antes servirse un plato que parecía traer su propia cadena volcánica
encima, lo metió en el microondas y se dispuso a comer a la par mía, ALERTA
NÚMERO DOS, es flaco pero come como un cerdo esperando ir al matadero; mientras
yo llevaba casi dos horas en esa casa y nadie me había ofrecido ni un vaso de
agua y no era que me hiciera falta, pero lo que si me hizo falta fue el gesto, ALERTA NÚMERO TRES.
A falta de la
atención de mi flamante príncipe azul, como muchas veces hago cuando me
desespera la situación, decidí tomar las riendas y levantarme “en casa ajena” y
servirme; no es como que si no lo hiciera cuando llego a alguna casa de mis
amigos, pero este lugar era nuevo para mi y no quería parecer entrometida.
Ooooohh mi mama hubiese estado orgullosa de mi nivel de igualamiento jajaja.
#laigualadamedicen
Y pues bueno,
llegué al pantry de la cocina y a falta de un solo vaso limpio, me dispuse a
lavar el que iba a usar, cuando de repente sentí una mano en mi hombro derecho,
un plato sucio delante de mi y la voz casi surreal del tipo que me decía:
“Aaaaaww estás lavando trastes? Dale ride a mi plato porfa"….En mi mente lo
asesiné dos o tres veces; ¿Qué se creía? ¿Que yo era su mama y que iba a limpiar
su desorden de niño mimado? Pppppffff no pude evitar soltar la carcajada y
decirle: “Nop, no lavo trastes ni en mi casa, estoy lavando un vaso porque
quiero tomar agua” ALERTA NÚMERO CUATRO y casi que alerta nacional, si hay algo que
aprendí bien en mi casa es que cada quien limpia su desorden y que la regla es
pareja para todos. ¿Habrase visto?
Ya que todos estuvimos
listos y nos disponíamos a agarrar viaje, cada uno en su carro, porque yo soy
de la idea que a donde vayás SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE que podás, andate en TU
CARRO, así no dependés de si alguien se quiere ir o no, no tenés que esperar
recorrido, si te sentís mal o querés ir a otro lado TE VAS, porque andás TU
CARRO, pero a Mr. GreenPeace-incapaz-de-lavar-trastes, se le ocurre que es anti-ecológico
llevar tantos carros y quiere que yo me vaya en el suyo con sus amigos o que
ellos se vengan en mi carro, ¿Y que yo nací ayer? Excusa tonta para asegurar el
agarre, pero me inventé otra excusa tonta e insistí en irme aparte, quedando
como niña malcriada, pero no me importó.
Llegamos al
barcito del cumpleaños y yo ya estaba un poco incómoda; por un lado estaba bien
con mis amigos y por otro la acumulación de alertas y la presencia de este tipo
me empezaba a molestar; decidí restarle importancia y disfrutar la noche; yo la
estaba pasando bien, hablé con mucha gente y ni siquiera me acordé de la
existencia del susodicho y creo que por un buen rato él tampoco se acordó de la
mía, fue hasta que me vio hablando muy interesada de un chico que acababa de
conocer que se acercó a matarme el rally, claro alguien más estaba jugando con
su juguete (yo) sin su permiso.
Ya arruinado mi
plan B con el chico nuevo y entradita la madrugada, un grupo más pequeño (Mi
“date” incluido) decidimos juntarnos, pasar por una gasolinera y comer
elegantísimamente en la tienda de conveniencia. ¿Quién no lo ha hecho? Entrar con
los zapatos en la mano a las 3 de la mañana a pedir un combo #3 con papitas y
gaseosa, para comer allí… pues siiiii lo pedimos y ya todos sentados empezamos
a hablar, a reír y a hacer recuento de la noche hasta que sucedió lo
inevitable, la gota que derramó el vaso de mi paciencia, el sujeto empezó a
tomar papitas de MI BANDEJA, sin siquiera pedirme permiso, después que ni
siquiera me invitó a comer en su casa, cuando no me dio ni un vaso de agua,
cuando me ignoró toda la noche…EL MUY DESCARADO jajaja
Pues yo que no
puedo, le di un pequeño zopapo en la mano, estilo el “pau-pau” que le hacen a
los niños cuando se están portando mal y aparté mi canasta de papitas y se los
juro que hasta entonces el muy !@#$%^&* hasta que lo reprendieron, entendió
que me había molestado “por alguna razón”
¿Y cómo no
molestarme? Si durante toda la noche me sentí como que interactuaba con un niño
de 10 y no con un hombre en sus 30’s, pero supongo que en la vida todo es
aprendizaje, que tenés que aprender que esa persona que una vez creíste
perfecta no existe, que uno se lo inventa y que a veces te toca lidiar con niños
malcriados.
Tal vez estoy siendo exagerada, pero una vez un amigo
me dijo algo que he tomado como mantra, en esta mi loca y desastrosa vida
amorosa y es que “A mis 30’s ya no pierdo el tiempo con alguien que sé que no
me interesa”, así si acaso se le ocurre al tipo invitarme a salir nuevamente,
si acaso un día llega como niño a preguntarme ¿Podés salir a jugar? Le diré con
todo el gusto del mundo: -Lo siento, pero estás castigado. #Buajaja.
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