domingo, 17 de agosto de 2014

Mis inolvidables quince

Es domingo y viendo el Pinterest, no puedo evitar ver pins de gente a la que sigo con mil cosas de bodas...No sé si porque estoy soltera a la avanzaaaaada edad de 33 o que, pero si algún día me caso no me imagino con vestido de princesita de Disney, con un velo más largo que el de Lady Di y con un salón lleno de flores que sería la envidia de cualquier vivero. No, ese panorama no es el mío.

No me mal interpreten, me encantan las bodas, pero como invitada ¿Será porque estoy en mis 30s que no tengo la fantasía de la boda de pinterest y el vestido de cenicienta? O será que por mi experiencia propia con estas fiestas tradicionales (alias mis quince) no lo encuentro muy agradable que digamos.

(Ilustración cortesía de mi talentosísima amiga Laura García alias la Darklady http://www.deviantart.com/?q=darklady82) 


 Si me conocés, seguro has escuchado este cuento un par de veces, lo siento por el refrito, pero no podía dejar de escribir en el blog la historia acerca de mis inolvidables quince, así que aquí va...

Era 1996, tercer año de secundaria y cada sábado había una fiesta de quince; no creo que les hiciera mucha gracia a mis papás comprar regalo y vestido cada fin de semana, (claro yo con mis ínfulas de actriz de Televisa no podía repetir vestido) ese era mi mundo en ese entonces, me encantaba ir a las fiestas, bailar con el chavalo que me gustaba y salir, sobre todo porque a esa edad no nos dejaban entrar en ningún lado, bueno... a mi si por grandota, pero a mis amigas no; así que era lo más cercano a una disco que íbamos a llegar.

Acababa de aprender a manejar y moría por un carro, se acercaban mis quince y quería eso de cumple (¿Nada más?), esperaba que mis papás me hiceran la pregunta que le hacían a mis amigas ¿fiesta, carro o viaje? Ya tenía mi respuesta preparada ¡Carro por supuesto! Y no cualquier carro, uno como el Jeep de Cher Horowitz en Clueless, no es que tuviéramos el montón de plata, al contrario, pero yo tenía 14 y ni la más remota idea de la realidad...


(Foto: Still de Clueless)

Pasó febrero (Mes de mi cumpleaños) Y no hubo fiesta, así que lo tomé como buena señal, si no hay fiesta están ahorrando para mi carro, pensé.

Pero llegó marzo y a mi ni me preguntaron, me comunicaron que había fiesta, con vestido, pastel y vals. Mi mamá había hecho un préstamo para cubrir los gastos, quería darme la fiesta que ella nunca tuvo a sus quince, yo por supuesto me negué rotundamente, lloré, pataleé, porque mi "mala madre" me estaba haciendo una fiesta que no quería (Pobrecita la niña) pero estaba decidido. Había fiesta.

Si mi pobre madre hubiera sabido todo lo que iba a pasar ese día, no sé si siempre se hubiese endeudado.

El día antes:
Mi mamá y yo vamos al salón, nos hacemos las manos y los pies y mi mama me dice que hizo cita para que me peinen el día siguiente, que me va a prestar su carro porque ella tiene mil mandados ese día.

El día de la fiesta o del desastre:

El peinado
Llego al salón temprano y espero dos largas horas que llegue "Duvi" el estilista dueño del salón que me iba a peinar, la cosa es que el tipo nunca llegó y tomé la decisión gerencial que me peinara alguien más de ahí mismo del salón; cuál es mi sorpresa cuando mi mama llama a la línea del salón (Recuerden 1996 época pre-celular) con toda la cólera del mundo porque no he llegado y que el estilista me estaba esperando en su OTRA SUCURSAL (¿Y qué iba a saber yo que era en la otra?) y bueno pues no me peinó "el man" pero la chica que si lo hizo, hizo un buen trabajo, tanto así que me regaló el maquillaje.

La iglesia
Total que llego a la casa 3 horas tarde ya peinada y maquillada a ponerme el vestido, seguido de una buena levantada por parte de mi mama porque ella había contratado a alguien para que me maquillara ese día y pues yo, la embarré todita. Mi hermano se lleva el carro para ir a traer a la Mimi (mi abuelita) y mi mama y yo nos vamos elegantemente en taxi a la iglesia, (No es que me molestara andar en taxi, pero tenía 15, todo me avergonzaba y andaba con un vestido que no era mi estilo) llegamos exactamente a la hora que se terminaba la misa, aún espero la nota de agradecimiento de la otra quinceañera que disfrutó todas mis flores jajajaja 

El vestido
Yo no quería vestido, no es que hubiese querido andar desnuda, pero no quería vestido de quinceañera, pero entiendan a mi madre, ella no tuvo fiesta de 15 y creo que veía demasiadas novelas con Adela Noriega...

Así que tuve mi vestido peach que costó un montón de dinero y está en un rincón de mi closet (¿Algún interesado en comprar un diseño con lo último de la moda de 1996? ¡Ganga! Aprovechen jajaja)

(Foto: Still de quinceañera)


De verdad no me gustan los vestidos de cenicienta, sino vean mi cara de felicidad en los quince de un familiar, en los que salí de dama, todas las niñas sonriendo y yo con cara de empurrada haciendo pucheros.
  Mi papa
Mi papa ese día decidió que a él no lo habían invitado a la fiesta (Nótese que vivía en mi casa, y estaba casado con mi mama, no necesitaba invitación) así que llegó con sus tragos en forma de protesta directito a dormir toda la noche. Mi mama extremadamente feliz por supuesto jajaja.



Las fotos

Me encantaría poder mostrarles fotos para que se rían igual que yo mientras recuerdo todo esto, pero se suponía que todo estaba documentado con una cámara de rollo que al llegar a las 36 exposiciones tenías que regresar manualmente y a mi amigo, que le encargué tomar las fotos porque era "bueno el maje para eso", nunca regresó el rollo y con un rollo de 36 (que se volvió infinito) tomó fotos toda la noche, por ende salieron toditas sobreexpuestas. ¡Gracias Vladimir jajaja! (No te cambio el nombre porque ya no tengo contacto con vos :P )





 



Mi mejor amiga

Por supuesto que invité a mis quince al chavalo que me gustaba y por supuesto que mi mejor amiga decidió emborracharse ese día y aún sabiendo que me gustaba el chavalo agarró con él (y con otro más) esa noche, no bastaba con todo el desastre de la fiesta, tenía que aguantar semejante traición jajaja... 18 años después y aunque la perdoné un mes después (tenía que hacerla sufrir) todavía me acuerdo... #traicionera #robanoviospotenciales #jajaja


El pastel

Llegaron las 12 y la ley de Murphy le quedaba cortita a esta inolvidable velada, mi mama ya resignada decidió que era hora de cortar el pastel, sólo me queda decir que es increíble como las pastelerías después de tanto tiempo no se inventan otra cosa, no sé un pastel que no desafíe las leyes de la física y que no termine así:








Por último, sólo me queda decirles que aunque ahora me río, eso fue algo de un día, fue un gasto enorme que con mucho sacrificio hizo mi madre, aunque ella siempre me dijo que cuando estuviera grande iba a anhelar mi fiesta de quince, es la fecha y me hubiese gustado algo que durara más, si algún día me caso me gustaría algo sencillo en un patio con mis amigos cercanos y mi familia, sin tener que invitar al primo político de la tía en segundo grado del novio, me gustaría usar un vestido que si es tan caro, me lo pueda poner más de una vez (Atención, atención; si algún día me caso, llegaré a fiestas, comuniones y bautizos usando mi vestido de novia jajaja) 



En fin si se quieren casar, cásense pero no gasten el montón de dinero en una boda lujosísima, mejor inviertan en su nueva casa, en su carro, en un negocio, qué se yo...Y si aún así quieren hacer una fiestota ME INVITAN que yo no soy de los invitados que se quejan, sino todo lo contrario...me encantan las cosas gratis jajaja

Y para cerrar ahí les dejo un videito ¿de qué más? ¡De la novela quinceañera!