Hoy desperté de buen humor, es viernes y tenía
una producción muy temprano por la
mañana, no había desayunado, así que de camino me
detuve a comprar un jugo en una tienda de gasolinera. Todo iba bien, hasta que sucedió
el macabro momento, me disponía a pagar y la cajera, que por cierto se veía mucho
mayor que yo, me preguntó:
- ¿Le puedo ayudar en algo más SEÑORA?
Señoraaaa?? Señoraaaa?? Es conmigo? En ese
momento quería ver si había heredado la puntería de mi mama, que cuando yo era
niña y me portaba mal, me aventaba una chancleta y siempre acertaba, pero pagué, sonreí y me tragué mi orgullo jajaja.
La verdad no es la primera vez que me pasa y
supongo que con el tiempo me pasará más seguido, pero aún estoy en la época en
que todavía me cae como balde de agua helada que me llamen así, es que para mi señora es alguien seria,
casada, con 20 chigüines y deudas en el banco, por ahora tengo las últimas, las deudas,
pero aún me faltan las otras dos jajaja.
Y me pregunto, en que momento deja de ser
uno “muchach@” y se convierte en señor(a), no me mal interpreten, me encantan
mis años y creo que es cuando más he disfrutado mi época adulta, pero hoy mi
ego prefiere a como me llama mi papa, que cuando se refiere a mi, a mis 31 años,
todavía me dice “la niña”.
Foto: Getty Images
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1 comentario:
Son costumbres de la gente, a mi me han dicho "Señora" desde los 18. Piensan que es una muestra de respeto
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